Albarracín, el pueblo más bonito de España. Ciudad eterna, que sorprende por el encanto de cada uno de sus rincones. Balcones y detalles de forja, calles de piedra, callejones estrechos con casas de arquitectura caprichosa, monumentos históricos y el característico color de sus casas hacen de Albarracín un lugar de obligada visita.
Con un precioso entorno natural, en el que predomina el rodeno, Bezas se encuentra en un lugar privilegiado.Su laguna es uno de los tesoros de la Sierra, y nos brinda un paisaje único y especial.Muy cerca del pueblo puedes encontrar pinturas rupestres, un Poblado de la Edad del Hierro y una perfecta oferta de aventura y naturaleza que no te dejará indiferente.
Con una altitud de 1569 metros, Bronchales disfruta de un entorno natural único, con impresionantes pinares, ciervos, setas, fuentes naturales… Un lugar perfecto para descansar, realizar visitas culturales y disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Calomarde se sitúa entre las riscas y el río, emergiendo con la belleza de los lugares auténticos.
El paseo por sus calles conduce hasta el Barranco de la Hoz, modelado en piedra toba, previo paso por el Moricacho, figura natural asombrosa.
No menos asombrosa que la Cascada Batida, que tanta fama ha dado a este municipio.
Un pueblecito precioso, rodeado por el río Cabriel, y en donde encontramos uno de los parajes naturales de más belleza de la provincia de Teruel: la Cascada del Molino de San Pedro.
Frías permanece al pie de su valle, latente, vigilante y serena. Guardiana de sus yacimientos de la edad del bronce y de su espectacular sima, una impactante dolina de casi 100 metros de diámetro de boca. La rodean pinares imponentes y lugares de recreo natural como la Fuente del Berro y la Fuente del Buey.
Gea de Albarracín ofrece al visitante mil y una caras distintas: romana y morisca, señorial y castiza, religiosa y pagana.
Pasear por el trazado árabe de sus callejuelas descubriendo sus imponentes construcciones es un placer que ningún viajero debería perderse. Al igual que adentrarse en su acueducto romano, una de las obras hidráulicas más importantes de la Península Ibérica.
Domina la vista sobre Griegos la imponente Muela de San Juan, uno de los miradores más privilegiados de la Sierra de Albarracín, pero además de estas impactantes vistas, donde se ubican las pistas de esquí de fondo (actualmente cerradas), los alrededores de Griegos conservan una rica biodiversidad: la dehesa boyal es, en primavera, un estallido de flora que atrae a numerosos fotógrafos y naturalistas.
Abundante fauna se puede avistar en cualquier época del año, incluyendo ciervos, corzos, cabras, … y para aquellos que prefieran contemplarla a resguardo, queda la visita a su Museo de Mariposas.
Griegos atesora también entre sus hitos, ser el segundo pueblo más alto de España, otro atractivo más para este pueblo encalado.
Guadalaviar es trashumancia. Reducto de familias ganaderas, situado a 1.500 metros de altitud, muestra orgulloso esta tradición ancestral en su Museo de la Trashumancia, en su día a día y en el habla de sus gentes. La Iglesia de Santiago domina su arquitectura urbana, pero lo que deja sin habla al viajero es su arquitectura pastoril (torruco, peguera..) y sus paisajes jalonados por innumerables fuentes; no en vano es también nudo hidrológico donde se dan nacimientos de ríos como el que lleva el nombre del pueblo, que más tarde se convertirá en Turia a su paso por Teruel.
Las fiestas patronales se celebran en honor de Santiago Apóstol y son del 24 al 29 de julio. Durante las mismas se celebran diversas actividades, que pueden variar de un año a otro, suelen incluir la procesión y la misa, el pregón de las fiestas, y las orquestas con baile.
Merece una mención especial la celebración de la fiesta de los Mayos, que tiene lugar la noche del 30 de abril al 1 de mayo, una tradición que exalta la primavera y cuyos orígenes se remontan a las culturas fenicia y griega. Este festejo, que se ha ido transmitiendo de padres a hijos durante siglos, tiene lugar en diversas poblaciones de la Sierra de Albarracín, pero quizá en Guadalaviar sea donde mejor muestre la esencia de lo auténtico. Esta festividad empieza la noche del 30 de abril con el sorteo de mayas (mujeres) y también de la Virgen y el Niño, a la que sigue una noche de ronda por las casas de las mujeres casaderas del pueblo.
Hay pueblos que se prestan a un paseo pausado y consciente por sus calles… Jabaloyas es buen ejemplo de ello.
Su Iglesia dedicada a la Virgen de la Asunción, la casa de la Sirena, ¿qué hace una sirena en tierra de secano?, o sus Ermitas, nos dejarán el regusto de la arquitectura sencilla pero con clase que atesora este municipio.
Y a lo lejos avistaremos el Monte Javalón, donde cuenta la leyenda que las brujas sobrevuelan con sus escobas en noches de tormenta. ¿Qué más necesitamos para ir a visitar Jabaloyas?
En Monterde de Albarracín podrás visitar el sabinar más grande de Europa, un paraíso natural que destaca por sus paisajes en los que sabinas milenarias acompañan sus caminos. Allí podrás realizar todo tipo de actividades, y por supuesto, disfrutar de la tranquilidad, ya que este pueblo destaca por la calma de sus calles y las posibilidades que ofrece de contacto directo con la naturaleza.
Asomado a un barranco por el que discurre el arroyo del Castellar, se encuentra Moscardón. Destaca, imponente, su Iglesia fortificada del S.XVI y su Ayuntamiento porticado, así como las casas circundantes que todavía conservan trazas de la sencilla pero interesante arquitectura serrana.
En los alrededores es imprescindible visitar la zona recreativa El Masegar, el Pino Gordo o la zona de la Balsa, donde se halla un molino harinero y una antigua tejería.
Noguera de Albarracín es el lugar ideal para observar la naturaleza y conocer diferentes tipos de plantas y animales silvestres. Un paraíso natural perfecto para pasar las vacaciones y disfrutar de la calma.
Impresionantes bosques a más de 1400 metros de altitud. Pino y musgo, miradores y preciosas construcciones.
Orihuela del Tremedal se sitúa junto al río Gallo, afluente del Tajo. Dentro de su término municipal se encuentran los Tremedales de Orihuela, protegidos por el Convenio de Ramsar. En su término municipal se alza la máxima altura de la Sierra del Tremedal, el monte Caimodorro, de 1.936 m sobre el nivel del mar.
En Pozondón podrás encontrar restos del poblado ibérico e interesantes grabados, su iglesia fortificada y sus interesantes ermitas. El lugar donde se paró el tiempo.
Precioso pueblo con encanto en todos sus rincones. Las casas de color rojizo de rodeno y sus preciosos rincones convierten a Rodenas en una visita obligatoria para los visitantes de la Sierra de Albarracín.
El río de la Fuente del Berro y el arroyo del Algarbe se unen en una amplia zona llana, en cuyo fondo se localiza Royuela.
En su término se aprecia un dominio de los sabinares, con pocas especies acompañantes, salvo herbáceas y leñosas rastreras, entre las que destaca por su aspecto plateado la Artemisia assoana. Es un sabinar en buen estado de regeneración, a pesar de la presión antrópica a la que están sometidos mediante continuas podas y pastoreo. Destaca el “rollo”, un arco de piedra diseñado por la naturaleza.
También en el término se encuentran yacimientos de época ibérica localizados en este término, que son El Castellar, la Masía de Lozano y el Puntal de las Picarazas.
Para la historia de Royuela es muy interesante el privilegio de amojonamiento de dehesa concedido por la reina doña Leonor (1343). En virtud de este privilegio adquirió una especie de terminillo con derecho exclusivo de pastos, leñas,… esto era muy importante puesto que el pueblo estaba rodeado de dehesas particulares y privilegiadas y sus alrededores son muy ricos en agua.
En el pueblo podemos ver la actual iglesia de San Bartolomé que es el resultado de diversos momentos constructivos. El ayuntamiento, con lonja de dos vanos, se fecha en 1659, aunque en la actualidad se encuentra muy transformado.
Rubiales posee un encanto especial. La Iglesia de la Asunción domina la postal y es verde todo lo que rodea a este municipio: abundantes bosques de pinos, rebollos, sabinas; aunque su joya natural es la balsa del pinar, interesante laguna endorreica que sirve de zona de paso a multitud de aves migratorias o zona de recreo al viajero que hasta allí se acerca.
Rodeado de inmensos bosques de sabina (el sabinar más grande de Europa) se encuentra Saldón. Destacamos su iglesia, del siglo XVI.
La sabina albar es la protagonista del paisaje, la cual se puede observar al acceder hasta esta localidad. Configura una parte de los antiguos bosques que ocupan estas zonas más elevadas de los Montes Universales y que están considerados uno de los bosques de sabinas más extensos de España, siendo unos buenos indicadores de los climas continentales.
En el siglo XVI se construyó en el llano la iglesia de la Asunción, con una nave cubierta con bóveda de crucería y capillas laterales entre los contrafuertes. En la actualidad sólo se mantienen las bóvedas de crucería en dos tramos de la nave central, ya que a lo largo de los siglos XVII y XVIII se fueron renovando las otras bóvedas, unas con cúpulas sobre tambor octogonal, otras con cúpulas vaídas.
La primitiva iglesia parroquial es la actual ermita de la Santa Cruz, en la parte alta de la población. Una torre cuadrada de un solo cuerpo indica su pasado como parroquia.
Dentro de la arquitectura civil cabe mencionar el ayuntamiento, con lonja de dos arcos cegados; la fuente, con el pilón cubierto por un sencillo arco de medio punto, y la casa Grande, situada en la explanada junto a la iglesia.
A las afueras se encuentra la ermita de San Bartolomé, patrón de la localidad.
Terriente tiene hechuras de pueblo grande: su Iglesia posee atrio con grandes arcos de medio punto, la Ermita de la Virgen confundida a menudo por el visitante con otra Iglesia, su ayuntamiento del S.XVI, ejemplo de la prestancia de la arquitectura serrana.
Sus calles se engalanan con flores y otros adornos, por lo que merece una visita sin prisas.
Y si nos alejamos del pueblo, llegaremos a uno de los tesoros del solaz serrano: El Algarbe, zona recreativa donde enormes pinos ofrecen sombra en verano y sus balsas atesoran especies de flora y fauna singulares.
Dos pequeñas poblaciones rodeadas de naturaleza en estado puro. Fuentes, paisajes de interés y arquitectura popular.
El área de mayor interés se sitúa en la parte occidental del término municipal, por donde discurre el río Cabriel, encajado en los materiales calcáreos, y que en el Molino de San Pedro origina una bella cascada, en un marco repleto de vegetación de ribera con chopos y sauces donde las acumulaciones de travertinos han formado pequeñas plataformas. Las fuentes son muy abundantes destaca la del Prado y la fuente Vieja.
A la orilla del río Guadalaviar, Torres de Albarracín es un pueblo tranquilo y acogedor, que destaca por sus rutas senderistas, ecuestres y de BTT.
Entre el rumor del río Guadalaviar y las nieblas mañaneras se abre paso un pueblo de postal.
Tramacastilla tiene encanto, por su ubicación entre castillos, sus tejados difuminados por el humo de las chimeneas, sus casas de leyenda, su gastronomía Michelín y sus hoteles románticos. Todo eso es Tramacastilla y mucho más que deberás descubrir tu mismo.
Rodeado de sabinas, Valdecuenca destaca por su poblado ibérico y por su arquitectura popular.
La localidad está situada en la zona de cabecera de varios cursos que componen la cuenca del barranco Melero, que aguas abajo, tras unirse a otras ramblas, pasará a llamarse río Ebrón. Abundan las hoces fluviales en la parte meridional del término municipal.
La vegetación dominante es la sabina, formando bosquetes de cierta extensión.
El poblado ibérico del Cerro del Molino es, por lo que respecta a la riqueza arqueológica del término, la nota más destacada.
A finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII se construyó la iglesia de San Nicolás. Reproduce el tipo heredado del gótico levantino, con nave cubierta por bóveda de crucería, capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal. Cobijada por un atrio de reducidas proporciones aparece una portada donde se evidencia el influjo del clasicismo característico de ese momento. La torre, a los pies, presenta un sólido volumen, con su único cuerpo cuadrado. Junto a la carretera se encuentra la ermita de San Roque, que en 1618 acababa de ser construida. Como corresponde al momento de su construcción, su única nave se cubre con bóveda de crucería estrellada y refleja influencia clasicista en los elementos conchiformes en los que se apoya la bóveda en el tramo de los pies.
Coetánea debe ser la ermita de la Purísima con la que presenta algunas semejanzas, con su única nave cubierta con bóveda de crucería.
Un precioso pueblecito, donde disfrutar del río Guadalaviar, sus hoces y cañones. También destaca su patrimonio arqueológico, su iglesia y sus casas nobles.
Villar del Cobo está situado en un pequeño ensanchamiento fluvial entre tramos de diferentes hoces o cañones. El río Guadalaviar nace en la vertiente suroeste de la Muela de San Juan y canaliza su valle a través de una hoz que se junta con la del río Griegos en el mismo pueblo.
Existen otros parajes donde se combina el relieve con el atractivo de los bosques silvestres y la presencia de fuentes, como es la Fuente Coveta en las cercanías de las Casas de Bucar. El encajamiento del río Guadalaviar en esta parte de su curso permite la presencia de diferentes aves rupícolas como buitre leonado, alimoche, águila real, etc. Que comparten el espacio con pinares, rebollares y más frecuentemente con sabinares, que tratan de colonizar las laderas pedregosas de la zona.
Junto a este excepcional patrimonio natural, hay que destacar la existencia de algunos enclaves arqueológicos de singular interés, como son los poblados ibéricos localizados en La Calzada o en el Morrón Redondo. También cuenta con la Iglesia de los Santos Justo y Pastor, construida a finales del siglo XVI.
En sus calles aparecen notables ejemplos de arquitectura popular, así como las casonas nobles como la casa de los Fernández del Villar, con interesantes rejerías y galería abierta bajo el alero decorada con pinturas de carácter geométrico. En la ermita de la Virgen del Rosario se distinguen dos tramos, el primero cubierto con techumbre de madera y otro con bóveda de medio cañón.